15 de febrero de 2010

Capitulo 9.- Inicio de la Pesadilla

Capitulo 9
Inicio de la Pesadilla


Que tus problemas se vuelvan pesadillas es lo peor que te puede pasar si no abres los ojos y ves la realidad


Carla POV
Llegue hasta más temprano de lo común, mi impaciencia por ver a Joel me había ganado. Cuando llegue fui casi de las 5 primeras en llegar al laboratorio; me senté en mi banca de siempre. Veía como entraban de uno a uno mis compañeros, pero entre ellos no llegaba el que más deseaba que entrara y pudiera hablar con él y para pedir su perdón.
Llego el maestro y no llego él; casi me da el infarto cuando no lo vi. Me pase toda clase descartada, porque estaba ausente hoy. Por poco y me quemo con acido sulfúrico al estar poco atenta en la clase, que con eso conllevo un regaño monumental por departe del maestro.
Al terminar harta del regaño me quite la bata haciendo bola en la bolsa y me encamine sola al salón cuando vi a Joel llegando al salón, voltio y al verme giro la mirada para otro lado. Mi corazón sentía que se detuvo por un momento al ver que ni una mirada me podía dirigir. Cuando estuve cerca de él se puso muy efusivamente a charlar con Mónica. Puse mi mejor sonrisa y seguí caminando a mi lugar.
La clase más larga de la historia, mirando como tonta a Joel; pero mi sufrimiento por este rato terminaba. Me acerque a hablar con Joel.
— Joel podemos hablar –Pedí.
— Al rato, tengo hambre... aun puede esperar...
Cuando enfrente de mi apareció Ángel, el sabia aparecerse en los momentos menos adecuados.
— Almorzamos juntos –Dijo sin importarle Joel.
Eso basto para que Joel se fuera encolerizado.
— Claro que no –Intente con todas mis fuerzas no gritar.
— Después de cómo te trato ayer, se lo merecía.
— No... iba hablar con él.
Lo quite de mi camino con un empujoncito y salí disparada hacia el salón de Carol y Sara.
— ¿Quién te persigue? –Bromeo Carol.
— Vienes corriendo, ¿Qué paso?
Estaba a punto de contarles todo cuando me detuve a pensar. Como podía decirle a Sara que salí con Ángel, le rompería el corazón y sé que ella no entendería que nada mas salimos en plan de amigos. No le podía decir nada, como podía explicar que Joel estaba enojado. Esto se estaba volviendo una red de mentiras. Odio las mentiras, pero esta por ahora era necesaria o eso creía.
— Nada.... solo ando imperativa –Di pequeños brinquitos.
— Si se nota -Dijo Sara.
Salimos del salón y fuimos a la cafetería, de milagro Sara pidió algo mucho para comer ella sola, hoy había amanecido hambrienta. Yo solo compre un sándwich de jamón que solo mordisquee. Me miraron raro las dos cuando tire casi completo el sándwich, pero aun así se guardaron los comentarios para ellas mismas.
Me despedí de ellas sin ánimo, prometiendo vernos a la salida. Entre al salón solo viendo mi asiento y nada más. Nuestra clase empezó y puse toda la atención que pude en el pizarrón.
Este día se me hacía más largo a cada momento que pasaba y mas tratando de no ver a Joel a la distocia. Cuando toco la campana de mi salida, falto la maestra y eso nos dejaba sin clases: habíamos tenido muy pocas clases este día que mejoraba a cada momento.
Salió disparado Joel del salón, no podía perderlo de vista; tome mis cosas como pude y corrí tras él. Me empezaba a faltar el aliento cuando por fin lo alcance.
— Joel -Grite con mi último aliento.
— Mande –Respondió cortante.
— Necesitamos hablar –Proseguí, ignorando su tono de voz.
— ¿necesitas? –pregunto sarcásticamente.
— Si que necesitamos
— Habla
— Tengo que explicarte lo que sucedió el sábado.
— Porque me lo tendrías que explicar –Giro la mirada-¿Quién soy para que me tengas que dar explicaciones?
Agite la cabeza incrédula, ¿Quién era él?
— Eres a la persona que amo eso eres -dije, que me quería decir algo pero lo pared –Déjame terminar –Se me quedo mirando por un minuto y seguí –No fue una cita lo que paso con Ángel, solo salimos como amigos –Recalque la palabra amigos –aposte con el que Carol y Sara pasaban y no lo hicieron y eso fue la apuesta –Agarre con fuerzas mi bolsa.
— No soy un crio -Me echo en cara.
— Que poca fe me tienes –señale con tristeza –porque jugaría contigo que me gano
— No sé que puedas tener en tu mente retorcida –Por un momento me alegro volver a oír un poco de la bromas de Joel o eso creí que era, pero las siguientes palabras cambiaron mi opinión –yo no sé qué trames.
— No tramo nada –Me hizo enojar –Yo solo quería hablar contigo, no me gusta pelearme contigo... que no vez cuanto me duele ver cómo me trataste –delante de él no derramaría una lagrima –Ese día te suplique que me escucharas si quiera un momento y que hiciste tu –Di un paso para atrás –Me dejaste hablando...
Le avente mi bolsa y salí corriendo, ya me había cansado de darle explicaciones que él no quería escuchar. A él no le importa. Corrí por más de tres cuadras seguidas, pare para respirar. Mis lágrimas nublaban mi vista, que no vi venir lo que seguía.
Unas manos sucias me envolvieron, con una me tapo la boca y con la otra me intentaba jalar por lo que veía a un auto. Mordí su mano, con tanta fuerza como pude. Un codazo le di a las costillas, librándome por un momento de aquel extraño.
Me intento agarrar de nuevo, pero antes que me pudiera aprisionar de nuevo le di una patada en los bajos. Corrí de nuevo a la escuela, cuando choque contra alguien. Pensé que era otra vez ese extraño que me había alcanzado. Me intente zafar de amarre cuando una voz conocida me hablo.
— Tranquila Carla –Me abrazo -¿Qué te paso? ¿Porque vienes así?
— Carla que te paso –dijeron Carol y Sara.
Respiraba entre cortada y fue cuando me desmaye.
JOEL POV
Me aventó su bolsa y corrió, tarde unos momentos en salir tras de ella. En una vuelta la perdí de vista; no supe para donde se había dirigido. ¡Dios me sentía como un idiota! Que le había hecho a mi Ángel, jure que nunca la haría llorar y que hacia desconfié de ella.
Cuando la volví a localizarla la vi correr de nuevo hacia la escuela. Crecía mi desesperación por alcanzarla, cuando me detuve de repente ahí estaba en brazos de Ángel....
Ignore a Ángel y me acerque, estaba pálida.
— ¿Qué le paso? –Le pregunte a sus amigas.
— No sabemos llego llorando.... y de repente se desmayo.... –Me informo Sara.
— La llevare a su casa –anuncio Ángel.
Sus amigas intentaron protestar, les di su bolsa y me aleje de ellas. La subió a un coche color plata y se fue. Esto es mi culpa.
Carla POV
Me desperté en la sala de mi casa, cubierta por una manta. La cosa se ponía más extraña con Ángel observándome. Me moví instintivamente para el lado contrario del sillón.
— ¿Que haces? –pregunto dejando la revista que estaba leyendo.
— Bueno esa misma pregunta te la hago a ti
— Bueno leo esperando que despiertes –Se acerco y toco mi frente –Creo que ahora estas mejor, pero ahora me explicaras que paso hace rato
Al principio me dio pena decirle lo que paso, desde la conversación con Joel hasta cuando el extraño me intentaba atrapar.
— Salí corriendo como pude -apretaba la manta entre mis manos.
Se quedo pensativo un momento, eso me puso nerviosa. Que tramaba este chico, mi curiosidad me gano y termine por preguntarle.
— ¿Qué piensas?
No me contesto en lugar de eso fue a la cocina y vino con unos chocolates. ¿Cómo sabia donde estaban?
— Como te hará bien –Me lo lanzo.
— Normalmente la gente no diría eso, pero me sirve.... –Me interrumpió.
— Porque eres anémica desde pequeña -Me le quede viendo, ni quiera Sara y Carol sabían eso de mí. Ese era mi pequeño secretito.
— Si... ¿Cómo sabes eso? –empezó jugar con las manos.
— Me lo dijo Sara
— No cierto, Sara ni Carol saben eso...
— Carla tengo que decirte algo...
Espere a que hablara pero no lo hizo, parecía que tenía miedo a decirme algo.
— Vamos dime –le sonreí para animarlo. Suspiro y soltó la bomba.
— No sé cómo decirte esto –Se trabo –Te dije que mis padres hace unos años murieron –Asentí –Y también te dije algo sombre mi hermana verdad...
— Aja...
— Pues mi hermana sigue viva...
— Aja....
— ¿Como se llama? –Pregunte inocente de sucedido.
— Laila Stella
— No puede ser.... –Recordé mis sueños o diría pesadillas.
— Laila.... por fin te puedo tener cerca de mí... hermanita...

12 de febrero de 2010

Capitulo 8.- Domingo Eterno

Capitulo 8
Domingo Eterno


Tres podrían guardar un secreto si dos de ellos hubieran muerto.
Benjamin Franklin


Cuando volvía despertar, los ojos me pesaban como si tuviera algo encima de ellos; sentía un cansancio enorme, pero como no quería sentirme cansada después de la larga noche de ayer.
Voltee a ver el reloj de la mesita y ya eran las 11 de la mañana. Me levante de la cama y baje a ver que estaban haciendo mis padres. Todo estaba normal, había una nota pegada en el refrigerador:
Tuvimos que salir de emergencia, pero no te preocupes regresamos pronto. No te quisimos despertar, no olvides desayunar.
Mama
Tire la note al bote de basura y saque la leche del refrigerador. Me la iba tomar directo del cartón, pero pude oír a mama diciendo –Ni te atrevas jovencita – Mejor saque un vaso y me serví.
Estaba triste por lo Joel, tome mi teléfono y le mande un mensaje.
> Joel por favor escúchame un momento.
Termine de lavar los pocos trastes que había en el fregadero y todavía no me respondía. Le mande otro.
> Por favor solo pido un momento para explicarte todo y después si quieres no me hables
Me metí a bañar y nada aun; ahí va otro mensaje.
> Joel Cross si esperas que te ruegue.... no lo hare.... bueno la verdad si jiji
Me cambie de ropa, pero aun nada. Me senté en la sala, pase algunas horas sentada; ni pista de mis papas. Hasta que me quede dormida. Oí como azotaron la puerta, me hice la dormida
— Estela guarda algo de silencio –susurro mi papa.
— Lo siento... no me fije que Carla estaba dormida –Se disculpo.
— Vamos a la cocina no la vallamos a despertar -Oí que se alejaron.
— ¿Qué vamos hacer?
— No sé después de tanto tiempo –Me moví un poco y tire el control –No creí que nunca la reclamaran
— Espera oí ruidos
Se volvieron a acercar a la sala, intente parecer lo mas dormida posible. Los engaño por que se subieron a la su habitación. Me levante lentamente hasta que sonó el teléfono.
— Yo contesto –grite y corrí hasta la cocina por el teléfono.
— Bueno... –Rogaba porque fuera Joel
— Carla –Era Ángel.
— Si Carla al habla –Estaba decepciona que no fuera él.
— ¿Cómo estás?
— Aquí sigo, pero no tan bien como quisiera...
— Vamos ánimos –Oí algunos ruidos -No quieres salir.
— No creo que me dejen y parte no me siento de ánimos.
— Bueno será en otra ocasión.
— Oye una pregunta Ángel
— Suéltala
— Como consigues mi números –Guardo silencio –Es que tenias el de mi numero celular y de mi casa... nada más te falta mail.
— Bueno creo que te dejo tengo que comer algo – Y colgó.
Me colgó, como pudo colgarme. Subí las escaleras esperando que no me oyeran. Pegue mi oreja a la puerta, pero en ese momento abrieron la puerta.
— Que te he dicho de escuchar las conversaciones ajenas -me reprendió mi mama.
— Que no debo hacerlo.
— Bueno vamos a comer –Dijo papa.
La cena fue silencia, apenas y toque mi comida. Que fue suficiente para que me regañaran. Me subí a mi cuarto y encendí la computadora siendo que día se hacía cada vez más largo. Desde luego inicie el Messenger. Ahí estaba otra vez el dichoso Chess.
Chess: hola
Car: quien eres??
Chess: otra vez no dices hola
Car: hola quien eres??
Chess: sabes eso no es importante.
Car: claro que lo es
Chess: Claro que no.
De repente salió una conversación pasada desde el ultimo día que se apago la compu, no me había conectado en el Messenger y ahí estaba la conversación con Joel, reapareciendo.
Joel: Te..... Quiero...
Sentía que una lagrima corría por mis mejillas, me lo dijo día. Por eso piensa que juego con solo porque me desconecte ese día así como así. Yo pensaría lo mismo. Pero cuanto me duele, quería que me escuchara... Yo lo quiero... más que nada. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el tonto de Chess y sus zumbidos.
CONVERSACION CHESS
Chess te ha enviado un zumbido.
Chess: ahora mi ignoras.
Me dio risa porque puso un monito llorando.
Car: Como olvidarte de ti...
Chess: Bueno que tanto haces para que no me peles.
Car: no te creas la última coca cola del desierto
Chess: no soy la última... pero soy la más deseable
Puso un monito levantando las cejas.
Car: te han dicho que tienes el ego más grande del mundo
Salió de repente una conversación con Carol, desde el viernes que no hablaba con ella. Cada rato Carol se cambiaba el nombre, una vez fue la señora de Edward, luego sakurita, Dorito, manzanita, cerecita.... etc.
CONVERSACION CAROL
Marion: wola!!!!
Car: ola!!!!
Marion: que haces??
Car: hablando con un tonto
Marion: jajaja
Car: y tu loquita??
Marion: nada... apenas llegando espera mi hermano robo mi teléfono.... parece que lo va tirar...
CONVERSACION CON CHESS
Car: Por favor dime quien eres???
Chess: Te mata la curiosidad verdad
Car: Si!!!
Le rogué una media hora y no me quiso decir, después de lo del teléfono de Carol; ya no hablo al parecer su hermano le estaba ganando. Al final solo termine con un nombre que ni quiera podría ser su real nombre, porque no era un nombre muy común.
Car: x favor dime que te cuesta decirme el nombre.
Chess: bueno te daré un nombre, pero es parte de mi nombre.
Car: bueno eso es mejor que nada...
Chess: dime Paolo
Car: Paolo!!! Jiji
Chess: de que ríes
Car: de nada.
Pasaron las 5...6...7...8...9...10 y seguía hablando con Paolo, de que no era de este país que había vivido en Italia. Que le encantaba la pizza igual que a mí, prefería la de peperoni. Creo que me iba caer bien; lo que se negaba a decirme si vivía en la ciudad, yo supongo que si porque sabía demasiado de la propia ciudad.

9 de febrero de 2010

Capitulo 7.- Palabras que Duelen

Capitulo 7
Palabras que Duelen


Cuidado con lastimar a alguien, por que cuando lo haces, el daño es permanente y con un perdón no se olvida


JOEL POV
Cuando llegue a la casa, después de pasar un mañana increíble con Carla, de la emoción se me había olvidado pedirle que fuera mi novia. Pero por si no estaba claro me decidí a decírselo hoy mismo. Pero no iba ser por un mensaje, tenía que ser en persona.
Cuando llegue de nuevo a su casa; toque la puerta nerviosa de la emoción, mi decepción fue grande cuando una señora algo diferente a Carla me abrió, pero aumento cuando me dijo que ella había salido. ¿Con quien había salido? Era la pregunta que mas me atormentaba en este momento.
Si casi la había dejado en su casa hace unos momentos. Me senté a fuera de su casa no creo que tardara, ya casi era hora de comer; tendría que regresar pronto.
Pasaron las horas y yo sin comer nada, cuando paso la primera hora lo tome con calma, la segunda me empecé a poner de nervios. Deje de contar las horas, pero mi desesperación crecía a cada momento.
Cuando paro un auto plateado a fuera de casa, pude ver claramente a Carla arriba de el, me había enfurecido de un momento a otro. ¿Qué hacia Carla ahí?
Vi con quien venía y una rabia creció junto dentro de mí. Ángel, ese niño malcriado como lo odia, desde este momento lo odie mas.
Carla se veía indecisa si bajar o no del auto, yo me le adelante; me pare del lugar donde estuve toda la tarde esperándola llegar. Esta ya subiendo a la moto, cuando pude oír el abrir de las puertas del auto.
— Joel –dijo agarrándome del brazo, me solté de ella de un aventón –Escúchame, por favor.
— Que tengo que escuchar Carla
— Esto no es nada
— O si no es nada verte bajar con un malcriado niño
— Pero no lo que crees.
— Se lo que vi -Me miro con unos ojos suplicantes –Ya entendí el mensaje, por eso no te preocupes, ya sé que lo de hoy fue solo un juego.
— No fue un juego Joel –vi que una lagrima se derrama ante mi crueldad. Tenía tantas ganas de limpiar y nunca volverla a hacerla llorar, pero no podía –Yo te quiero... –dijo en susurros.
— A la mejor si me quieras, pero como amigo –no la deje hablar –Pero sabes ni como amigo me tendrás.
Y fue ahí cuando hui de ahí. Pude oír a la distancia gritar mi nombre. Pero ya nada valia la pena, ya nada...
Mi corazón lo abrí ante una persona que la creía mi vida.
CARLA POV
Sentía que las piernas me temblaban, no tenía el valor del bajar de auto. No necesitaba leer la mente de Joel, para saber lo que estaba pensando en este momento. Vi como se paraba de donde estaba sentado. Iba directo para su moto. No podía dejar que fuera sin ninguna explicación.
— Joel –dije agarrándole del brazo, pero se soltó de un aventón –Escúchame, por favor.
— Que tengo que escuchar Carla
— Esto no es nada
— O si no es nada verte bajar con un malcriado niño
— Pero no lo que crees –Porque no me dejaba darle explicaciones.
— Se lo que vi –lo mire esperando que me creyera -Ya entendí el mensaje, por eso no te preocupes, ya sé que lo de hoy fue solo un juego.
— No fue un juego Joel –Esas fue la gota que derramo el vaso, me dolía tanto que me dijera eso. Que no pude contener mis lagrimas mas–Yo te quiero... –dije casi en un susurro.
— A la mejor si me quieras, pero como amigo –Continuo–Pero sabes ni como amigo me tendrás.
Lo vi alejarse sin quiera dejarme explicar. Todo lo que pedi un fue un momento para explicarle todo, solo eso pedí. Pero no me dejo decirle casi nada. Sentia que mis lagrimas se derramaban, desde el principio intente controlarlas, pero esto era mas de lo que podía resistir. Me dolía en alma verle decirme esas palabras, pero lo que más me dolía era ver que lo había hecho sufrir.
Sentí que unos cálidos brazos me rodearon por detrás. Ángel de seguro, había admirado todo este teatro. Me voltee y llore en sus brazos.
— Por favor no llores –Me rogo –El no merece tus lagrimas...
— Lo he arrumado todo...
— El mañana te escuchara
— No lo hará es un testarudo...
— El nota que te quiere, por eso se enojo... –Veía como no sabía explicarse –Si no te quisiera no se habría reaccionado así.
Mis lágrimas corrieron libremente, sabía que una vez que comenzaran no dejarían de parar. Sentía que los brazos de Ángel me apretaban con calidez un poco más. Me sentía destrozada; Ángel se separo un poco de mi.
— No puedes entrar así a tu casa –Claro que no, como podía entrar llorando y no tener que dar explicaciones –Vamos a dar una vuelta.
Me ayudo a subir al coche. Después de unas vueltas y aun no me podía controlar; al final termine mandándole un mensaje a mi mama que iba a cenar con Ángel. Me llevo a un restauran, el pidió como siempre como para dos personas para él solo. Yo casi ni probé bocado. Me pidió que comiera, casi me rogo. Pero lo único que me acabe fue una rebanada de pastal que pidió. Como supo que me encantaba el chocolate.
Ya estaba de regreso otra vez en la entrada de la casa, la escena se me venía a la mente; lo saque de mi mente por este momento, ya estaba calmada no necesitaba ponerme mal otra vez.
— Gracias
— No hay de que –Acaricio mi mejilla – No te preocupes por eso tonto... no vale la pena –Beso mi mejilla –Vamos entra hace un poco de frio.
— Si
— Buenas Noches
Cuando entre grite que ya había llegado, subí directo a mi habitación. Me tire sobre la cama y empecé a llorar.
Toda la noche me había quedado llorando y cuando pude dormir mi pesadilla comenzaron de nuevo.
— Hermanito –Grite cuando un rayo cayó. El entro corriendo en unos minutos.
— Tranquila Stella –Me abrazo en cuanto llego.
— Tengo miedo -Me abrazo más fuerte.
— Estoy aquí, no tengas miedo... Nada te va pasar...
Después de que se calmaran los rayos, me había quedado abrazada. Me estaba quedando dormida, cuando mi hermanito se iba ir.
— No te vayas –Le pedí.
Se metió entre las cobijas y me abrazo. Pero esta vez pude ver el rostro de mi hermano. Me recordó a Ángel, pero más pequeño. Me levante intentando no gritar, no puede ser; ya estoy alucinando de lo mal que estoy.
Rodie mi rodillas con mis brazos intentando calmarme, non podía ser el mi hermano. Después de unos minutos me calme y metí dentro de las cobijas, esperando dormir sin sueños.
Mi mundo se derrumba.... hermanos... chicos.... aa los hombres tienen la culpa.

6 de febrero de 2010

Capitulo 6.- Conociendo a Angel

Capitulo 6
Conociendo a Ángel


No hagas cosas buenas que parezcan malas, ni malas que parezcas buenas


Entre suspirando a la casa, como quería a Joel; en tampoco tiempo toco mi corazón. Me senté, creo que mejor dicho me tire sobre el sillón; repetía en mi mente lo que había pasado. Cuando sonó mi bolsillo; no reconocía el número.
— Bueno –Solté al teléfono.
— Carla eres tu –¡OH! Era Ángel –Porque nos has llegado
— Es que se me hizo tarde, pero en un par de minutos llego.
— No te preocupes voy a recogerte a tu casa.
Le di mi dirección y colgó. Como se había olvida que tenía una... no, cita no, una salida con un amigo. Creo que esa ni mi abuela me la cree. Corrí a mi habitación, difícilmente podía ir con Ángel, con la misma ropa que con Joel.
Agarre una falda gris algo ampón, ya que era lo que menos estaba arrugado en mi guardarropa; la lance de nuevo a un monto de ropa después de pensar que sería demasiado atrevida y me puse mejor un pantalón, pero en mi desesperación por apresurarme me caí al suelo. Busque en los cajones y encontré una blusa de tirantes color azul, con un pequeño listón en abajo del busto. Me vestí rápido y me puse los primeros zapatos que encontré, pero como no encontré nada me puse unas botas negras.
Me mire al espejo y me veía hermosa, mejor que con la ropa que había ido con Joel. Creo que debía cambiarme.
— Tic –sonó el timbre.
Lastima demasiado tarde.
— Yo abro –Grite desde mi habitación.
Abrí la puerta y ahí estaba con pantalón de mezclilla y playera de manga larga roja. Su sonrisa me resultaba familiar, pero no sabía de dónde.
— Creo que alguien se le hizo tarde
— Si
— Bueno vámonos
Cuando salí me sorprendí ver el auto estacionado, era un convertible plateado por lo que podía decir.
— Wau –Dije – ¿Es tuyo?
— Si fue un regalo -Me acerque al auto.
— Esta lindo.
— Es un 8c spider alfa romeo y sabes alcanza velocidad de 290 kilómetros –Se emociona hablando de su auto.
— Te diría cuantos motores de fuerza tiene... pero no tengo idea de que hablas
— Solo sube –Se rio bajito para que no lo escuchara. Mal intento.
Estaba algo nerviosa, más sin saber a dónde me llevaba. Para mí era un total extraño hasta ahora un conocido. Porque había aceptado me lo pregunte. Empezaba el reconocer el camino por donde veníamos, estábamos hiendo al centro comercial “Espacio Sideral”, era el más grande de la ciudad. Construido hace unos pocos años y ya era considera uno de los centro comerciales más reconocido, por tener un poco de todo.
Se metió al estacionamiento, el muy cortes se bajo rápido y me abrió la puerta como todo un caballero.
— Bueno señorita a donde quiere ir –Pregunto cortes.
— No se –Para ser una chica, no era muy amante a las compras; digamos que me estresa tener tantas cosas a mi alrededor y querer llevarme media tienda. Mis padres no pueden dar todo –Que tal tomar un café.
— Vamos al café “Kiss” –No me gusto mucho el nombre será sugestivo.
— Que tal al “People” –Es un café muy concurrido, no habría para nada privacidad.
Asintió y entramos. Cada vez que venía aquí me fascinaba ver los aparadores llenos de ropa de todos colores. Pero como por lo regular casi nunca salgo; Ángel se separaba de mí casi medio metro, bueno si quiera podía estar tranquila de que no se estaba acercando.
Cuando llegamos al café “People”, había un letrero en la entrada.
Lo sentimos por reparación del café y por unas buenas merecidas vacaciones no abriremos el resto de la semana.
Terminamos hiendo al café “Kiss”, me sentía nerviosa al entrar. Este lugar era conocido también como el café de los enamorados, tiene demasiada intimidad. Era perfecto para una cita, es describirlo y me quedaba corta. Cortinas semi transparentes colgaban de todos lados; Haciendo difícil ver que pasa detrás de ellas. Cuando vino camarera y le pedí un café Americano con crema Irlandesa, mientras que Ángel pudio un capuchino con moka.
— No muerdo Carla
— Lo sé –Dije tímidamente.
— Entonces porque estas tan seria.
— Así soy.
— ¡UH!, si te he visto en mi salón y no eres para nada así –Eso era de los más cierto, cuando estaba con esas dos nada nos callaba y después de las travesuras que hacíamos; a veces no me la creí que tuviéramos 16 años.
— Bueno es que no se bien tus intenciones... conmigo –lo ultimo creo que nada mas yo lo podría escuchar.
— Bueno solo digo que mis intenciones son buenas
— Seguro –No respondió –Es que apenas y te conozco, solo he hablado una vez contigo.
— Bueno eso sí, pero es para conocerte mejor.
— No creo que esto funcione –Respondí medio cortante. No podía hacerlo eso a mi amiga, yo misma no me lo perdonaría.
— No creo que me comprendas, yo no voy detrás como Novia...
— Entonces –Pregunte volteando a ver a la mesera que trae nuestros cafés.
Agradecimos los dos lo cafés, Ángel pidió una rebanada de pastel de paso. No dijo nada hasta que le trajeran su rebana enorme de pastel de chocolate. Se me hacia agua la boca solo de ver la rebanada de pastel.
— Yo solo quiero ser tu amiga –Se metió un pedazo enorme de pastel.
— Si eso dicen todos – Se atoro en la garganta el pedazo.
Le pegue en la espalda esperando que se le bajara el pedazo de pastel, solo a él le pasa por tragón. Se tomo casi de un trago todo el café.
— Mejor –pregunte aguantándome la risa.
— Si –Me miro serio –Quiero que confíes en mi -Tomo mi manos – En serio que no quiero nada de lo que piensas Carla.
— Bueno cambiemos de tema – Quitando sus manos de las mías.
— De que quieres hablar.
La tarde no la pasamos hablado de esto de lo otro, me la estaba pasando bien; En un par de horas él sabía mucho de mí, no deja de preguntarme que me gustaba o sobre los lugares que conozco; me pregunto sobre mi infancia, era raro que como todo los demás no me digiera que malo no recordar nada. Si no que se salto el tema después de que le dije eso.
Bueno mejor para mí; pero mi curiosidad creció junto con la de él. Lo que más me sorprendió fue cuando él me hablo sobre su familia.
— ¿Tienes hermanos? –Pregunte.
— No
— ¿Hermanas?
— Tuve
— ¿tuviste?
— Es cuando era más pequeño, mi hermana se perdió después de la muerte de mis padres.
No quise preguntar mas sobre el tema de familia, me pregunto que se sentirá. Me sentí mal por él; perder todo lo que más querías de unos días para otros. Eso debe ser horrible, me alegra tener a mis padres adoptivos.
— Entonces vives con algún pariente
— Bueno sí y no.
— ¿Como esta eso?
— Es cuando murieron me dejaron un como una herencia, pero se la encargaron a nuestro mayordomo; lo considero como parte de la familia, el siempre estuvo junto a nosotros. El día que se perdió mi hermanita, el no estaba en casa –en su mirada podía ver toda la tristeza contenida –Desde la muerte de ellos vivo con él.
— No sé qué decir, siento a ver sacado el tema.
— No te preocupes, también ha de ser incomodo cuando te preguntan sobre tu memoria.
— Sí, pero nadie ha comprendido bien –Lo mire –Nadie comprende que a veces me da miedo saber que no recuerdo... quienes son mis padres... o que perdí... qué tal si me escape de una casa donde me golpean. Cuando me encontraron dicen que tenía algunos rasguños y moretones.
Los dos vivíamos con un pasado que nos atormentaba, que no hacía pensar que hicimos para merecer esto. El pago la cuenta aunque yo discutí pagar la mitad, pero me ignoro. El camino de regreso fue igual de silencioso que el de venida. Cuando aparto delante de mi casa me sorprendió ver la moto de Joel delante de ella.

3 de febrero de 2010

Capitulo 5.- Un día con Joel

Capitulo 5
Un día con Joel


En un beso, sabrás todo lo que he callado.
Pablo Neruda


Mi sueño empezó como cualquier otro de mi sueño, sobre mi hermano.
— Hermanito léeme mi cuento –Corrí a él con un cuento en mis manos –Quiero que me leas Cenicienta.
— Ven siéntate –Me senté al lado de él – Te contare mi propia versión de Cenicienta.
“Había una vez un gentilhombre que se casó en segundas nupcias con una mujer, la más altanera y orgullosa que jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en todo... –Prestaba atención a cada parte de la historia, hasta cuando menos pensaba acabo –Fue conducida ante el joven príncipe, vestida como estaba. Él la encontró más bella que nunca, y pocos días después se casaron. Cenicienta, que era tan buena como hermosa, hizo llevar a sus hermanas a morar en el palacio y las casó en seguida con dos grandes señores de la corte.
— Y así vivieron felices por siempre –Concluí.
— Exacto Stella.
— Me encanta esta historia
— Ya te la has de saber de memoria, al fin al cabo te leo todos los días...
— Si, gracias hermanito –Lo abrace –Nuestros papas no regresaran verdad
Se quedo callado y el sueño termino. Ya empezaba a tolerar los sueños mejor, ya no me despertaba sudando frio, ni nada por el estilo. Ahora se me hacia tan común tener un sueño de aquellos.
Esta mañana en especial, me levante a las 8 de la mañana. Baje a desayunar; mama me espera con una torre de Hotcakes.
— Huele delicioso –Dije antes de erguir un trozo enorme de Hot cakes.
— Si los hice especialmente hija –Dijo mi mama fregando los trastes.
— Oye mama he tenido unos sueños muy raros
— De seguro te has puesto a ver películas de terror de nuevo
— No esta vez no son pesadillas... son como recuerdos
— ¿recuerdos? –Sono nerviosa.
— Si –Asegure –Es que no sé porque sueño tanto con un hermano... me llama Stella.... pero de él nada más recuerdo como decirlo sus ojos café chocolate.
— No te daré tanto a la hora de cenar.
Comí en silencio el resto del desayuno, porque se había puesto nerviosa en la mención de recuerdos. Después me preguntaría del por qué. Corrí a mi habitación y metí a bañar. Quería estar limpia en la cita con Joel. Cuando Salí no tenía ni idea de que poner.
Todo me parecía poco para salir con él. Una falda un pantalón, que se verá mejor. Un vestido o un blusón. Que lio tenía y eso que nada mas era por la ropa.
Al fin de cuentas termine con pantalón de tres cuartos color caqui y una playera con de tres cuartos de color verde. Unos pequeños zapatos verdes le hicieron juego.
Salí de mi corazón dándome huelco; hasta ahora no me había puesto a pensar sobre lo que había hecho ayer. Besar a Joel, eso sí era atrevido, pero era la única forma de que me creyera de que lo quería en verdad.
No sé porque pensó que no lo quería, a poco no eran suficientes mis indirectas en los mensajes.
Llegue y ahí está Joel sentado sobre una moto negra. Llevaba un pantalón de mezclilla y playera azul fuerte. Se veía tan.... Sexi.
— Carla por acá –Me acerque –Toma –Me paso un casco.
— ¿A dónde vamos?
— Es una sorpresa –dijo con voz seductor.
Me monte en su moto y arranco. Sentía como el viento pasaba a mí alrededor. Me aferre en un abrazo para no caer, se que a Joel no le importaría. Una sonrisa no podía dejar escapar de mis labios.
Empezaba a preguntarme a donde vamos, ya casi llegábamos a la orilla de la ciudad y nada mas vei como pasaba todo.
— Ya casi llegamos -Grite.
Pero no me contesto, solté un bufido. Lo atraje hacia él, no por el temor de que me
Callera, si no por el simple hecho de que me gustaba estar así de cerca de él.
Cuando llegamos me sorprendí ver que habíamos llegado a un parque de diversiones. Pero no cualquier parque de diversiones, era uno nuevo.
— Te gusta el lugar –Me quede sin palabras –Si no te gusta podemos ir a otro lado –Dijo de repente.
— Claro que no este lugar es fantástico.
Me tomo de la mano, pago nuestras entradas. Primero nos subimos a los carros chocones, le di un golpe por detrás que lo hice saltar del susto. Luego fuimos a un barco pirata; como casi no quedaba lugar nos toco hasta mero arriba, creo que en ese juego perdí la voz del susto. Nunca había venido aun parque de diversiones desde que era pequeña había dejado mi gusto por ellos.
Hasta que nos subimos a la montaña rusa, a este si le iba poner pero. Me detuve en seco
— Por favor a este no –Suplique.
— No te va pasar nada Carla
— Les tengo miedo
— Entonces es un buen día para que les pierdas el miedo.
Al final el me convenció con un beso, con lo que me dejaba sobornar. Me toma de la mano para que no tuviera miedo, al principio esta aterrada. Pero cuando me pude acostumbrar al juego estuvo de lo más divertido. Al final solté la mano de Joel y vi que le había dejado marcas de mis uñas. ¡Uss!
— Lo siento Joel –Me disculpe con la cabeza baja.
— No te preocupes, si con eso superas tus miedos.... –Con si mano subió mi cabeza –No me gusta que bajes la cabeza –Beso mi mejilla.
Me sonroje, me hizo sentir tan especial en estos momentos. Hasta hora llevábamos 3 tres besos, ¿pero quién los cuenta?
Me tomo de la mano y me llevo hasta un puesto donde tenias que tirar unos latas y ganas un oso. Me dijo que si quería un oso, pero quién era yo para negarme a que me diera un oso. Tiro tres veces y no tiraba más de 5 latas de 10. En el cuarto intento tiro todas las latas.
— ¿Cuál oso quieres? –Me pregunto el señor del puesto.
— ¿Cuál te gusta más? –Me volvió a preguntar Joel.
— No se déjame ver.
Me acerque a verlos más de cerca, el primero que vi tenía los ojos de platico, el segundo tenía unos ojos que en lugar de dar ternura hasta miedo me dieron (Y se suponía que eran para niños, que para que tengan pesadillas con el oso que se los come), El tercero fue el que me gusto. Me recordaba tanto a Joel, sus ojos cafés que me miraban con ternura. Cada vez que lo veía.
— Quiero ese –Señale al oso ojos chocolate, tenía un tono marrón claro y un moño en su cuello.
— No da ese –El señor le dio el oso a Joel y me lo dio a mi –Para una dulce dama, le doy este oso.
Sonreí coqueta y abrace el pequeño oso, cavia en mi mano. Era un llavero para ser sincera, pero mejor para mí, así me lo podía cargar a todos lados. Me tomo de la mano y me llevo a un puesto de comida. Caminamos un poco, encontramos un como un karaoke.
— Algún voluntario, no les cuesta nada.
Espera que siguiéramos caminando, pero se detuvo Joel.
— ¿Cuánto a que no te subes al escenario? –me reto.
— Apostamos –Me acerque al escenario.
— Ya tenemos una voluntaria –Me paso el micrófono.
En que me había metido, pero no me iba echar a atrás. Y empezó a sonar la música. Mi canción favorita, ¡oh por Dios! Me sentía segura de mi misma, esta era para Joel

Y no me has dado tiempo de disimularte
Que te quiero amar
Que por un beso puedo conquistar el cielo
Y dejar mi vida atrás

Quiero pertenecerte ser algo en tu vida
Que me puedas amar
Con un abrazo fuerte hacerte una poesía
Renunciar a lo demás

Y en cada frase oculta de lo que tú digas
En un beso hablara
Ya no me queda duda solo ven y escucha
Decidamos comenzar

Por besarte
Mi vida cambiaria en un segundo
Tú, serias mi equilibrio, mi destino
Bésame y solo así podre tenerte
Eternamente en mi mente

Un solo intento basta en este momento
Para poder saber
Si aún nos queda tiempo para estar en medio
De lo que va a suceder

Conmigo no hay peligro ven te necesito
La distancia no es
Motivo del olvido aquí estoy yo contigo
Y para siempre yo estaré

Por besarte
Mi vida cambiaria en un segundo
Tú, serias mi equilibrio, mi destino
Bésame y solo así podre tenerte
Eternamente en mi mente

Por besarte
Mi vida cambiaria en un segundo
Tú, serias mi equilibrio, mi destino
Bésame y solo así podre tenerte
Eternamente en mi mente.

Tantas cosas me recordaban esta canción, tan pronto nos enamoramos. Por un beso me creyó que lo quiero solo por un beso. Cuando baje del escenario, Joel me beso una vez más.
— Te he dicho que cantas como un Ángel –Negué –Bueno pues eres mi Angelita.
— Bueno hora de irnos –Yo ya estaba caminando hacia la salida, cuando él me detuvo.
— No tan rápido Ángel.
— ¿Qué?
— Me toca mi
Me soltó y se subió al escenario, vi como le pidió una canción a señor encargado.

JOEL POV
Como tuve el valor de subir no lo sé, después de la presentación solo me había animado de cantar que tanto la quería a mi Ángel, recién nombrado. Tome el micrófono sintiendo un poco desconfiado.
Buenas noches, mucho gusto
eras una chica mas
después de cinco minutos
ya eras alguien especial
sin hablarme, sin tocarme
algo dentro se encendió
en tus ojos se hacía tarde
y me olvidaba del reloj
Estos días a tu lado
me enseñaron que en verdad
no hay tiempo determinado
para comenzar a amar
siento algo tan profundo
que no tiene explicación
no hay razón ni lógica en mi corazón
entra en mi vida
te abro la puerta
se que en tus brazos ya no habrá noches desiertas
entra en mi vida
yo te lo ruego
te comencé por extrañar
pero empecé a necesitarte luego
Buenas noches, mucho gusto
ya no existe nadie más
después de este tiempo juntos
no puedo volver atrás
tú me hablaste, me tocaste
y te volviste mi ilusión
quiero que seas dueña de mi corazón
entra en mi vida
te abro la puerta
se que en tus brazos ya no habrá noches desiertas
entra en mi vida
yo te lo ruego
te comencé por extrañar
Pero empecé a necesitarte luego
Entra en mis horas
sálvame ahora
abre tus brazos
fuerte
y déjame entrar
Entra en mi vida
te abro la puerta
se que en tus brazos ya no habrá noches desiertas
entra en mi vida
yo te lo ruego
te comencé por extrañar pero empecé a necesitarte luego

Me baje del escenario y Carla me tomo la mano.
— Y me dices que yo canto bien tu cantas mejor –Me sonrió, como adoraba esa sonrisa.
— Bueno hora de irnos –Anuncie. Solté su mano y la rodeo con mi brazo.
CARLA POV
Cuando me llevo a mi casa, no quería que el día acabara. Me baje de la moto, esperando que mi madre no me viera, que ataque le daría si mi viera en hoy.
— Hoy ha sido muy especial Joel
— Sí, me gustaría repartirlo –me miro a los ojos.
— Bueno creo que debo entrar
— Eso creo, Adiós
— Adiós... –Está a punto de irme, cuando me llamo.
— Espera Carla
Y ahí fue cuando nos besamos. Nuestros besos de antes no se comparaban con este. Fue como decirlo tierno, sutilmente ya tenía mis brazos sobre su cuello y sobre mi cintura. Pocas palabras podrían describir el beso, pero para mí fue especial.