15 de marzo de 2010

Capitulo 12.- Sorpresa

Como lo dice el Capitulo a Carla o mejor dicho Laila le esperan demasiadas cosas nuevas, pero al final la sorpresa mas grande.

Capitulo 12
Sorpresa
El escritor es un hombre sorprendido. El amor es motivo de sorpresa y el humor, un pararrayos vital.
Alfredo Bryce Echenique

Algo que siempre me gustaba era silencio, pero este tipo de silencio cuando no sabes que te depara, me desesperaba. En la parte delantera estaba Robert junto con el chofer, yo pensaba que en estos tiempos se usaran los choferes y para mi desagrado Ángel y yo en la parte de atrás. Pasaron unos 20 minutos de silencio muy lentos atravesando la ciudad y solo veía pasar de un barrio a otro ¿Me preguntaba cual era nuestro destino? A pocos vivismos fuera de ciudad; pero el último en que entramos era uno muy elegante, casa tras casa se veía cada vez más elegante cuando por fin se detuvieron, y ahí estaba mi nueva casa.
Se abrieron unas puertas de hierro forjado finamente decorado con complicados díselos que nos dieron la bienvenida. A un camino algo largo para llegar a la casa.
Su casa desde afuera o mejor dicho mi casa era enorme. La palabra enorme se quedaba corta esto era realmente una mansión, solo entrando podía ver que tenía un balcón que me recordaba mucho al de una novela que había leído hace mucho tiempo. Después de quitar mi mirada del balcón observe que tenia ventanales por todos lados, me preguntaba que ten iluminado estaría por las mañanas.
Un gran jardín nos recibía, que podría ser el sueño de unos niños inquietos, hasta me podía imaginar los juguetes tirados por todos lados.
El coche lo dejaron por un lado del camino del pavimento con cuidado de no maltratar el pasto tan bien cuidado.
Nos bajamos en silencia. La puerta de la entrada de mansión era tan enorme coma la de entrada, pero esta de una madera que no podía identificar, de seguro una muy rara y parte yo no conocía las maderas ni que fuera carpintera.
Entramos y si creía que la fachada de la casa era bonita el interior era mucho mejor. Al entrar se veía una escalera de mármol color beige en medio del recibidor, una mesa larga y adornaba a un lado de la escalera. Me acerque y aprecie las flores que tenían en sima, unas hermosas rosas, hacían que la casa tuviera un poco de color entre tanto color beige. Llegare a amar el Beige.
— Ya veo que te gustaron las rosas -Me voltee a ver a Robert
— Son preciosas – resumí en pocas palabras.
— Si te han gustado tanto, después que te lleve Ángel por mas a la florería –Me sonrió – plántalas en el jardín gran falta le hace un poco de color –Propuso – Esta casa necesita un toque femenino.
— Está bien.
— Sigamos por acá esta la sala –Señalo el camino a la sala.
Al entrar a la sala, otra vez reino el beige en toda la habitación. Me pregunte si no se acabaría el beige en la casa.
Un gran sillón ocupaba gran parte de ella, pero se veía tan lujoso en su color negro. Una obra de arte colocada en una pared de una campiña. Mesas había casi en cada esquina. Unas grandes lámparas beige otra vez adornaban el gran espacio, suponía que daban gran iluminación a la sala. Voltee para arriba vi un candelabro de plata o eso pensaba.
— ¿Quieres que te muestre la casa? –Solamente asentí –Bueno Ángel muéstrale la casa.
— Claro Robert
Salimos de la sala. Lo primero que al subir las escaleras fue el cuadro que me dejo pasmada, la mujer se parecía tanto a mí.
— Son nuestro padre y nosotros cuando éramos pequeños –me dijo Ángel detrás de mí.
— Enserio somos nosotros... – y el asintió.
Me quede observando el cuadro de más de cerca. Ese fue el momento en que no pude negarme ante la realidad, Ángel era mi hermano y mis verdaderos padres no los recordaba. En el cuadro mi mama tenía el mismo cabello que el mío, pero con unos ojos marrones, yo era el vivo de mi mama y mi padre lacio como mi hermano, pero sin embargo el tenia los ojos azules. Tan parecidos éramos, nosotros éramos como mis padres, excepto por los ojos que contrastábamos el uno con el otro. Voltee a ver a Ángel y él me observaba.
— Piensas que nos parecemos ellos –Pareciera que me leyera la mente.
— Algo así, es que parecen a nosotros pero más grande.
— Cuando éramos pequeños siempre dijeron que éramos ellos de pequeños –contesto –Pero sabes no recuerdas nada sobre ellos.
— La verdad... he tenido uno u otro recuerdo –Le confesé –Pero nada tú apareces.
— Es inevitable, tenía que aparecer yo en ellos
— Tienes un ego enorme.
— Si no lo niego, es lo que les encanta a las chicas –Se sintió orgulloso.
— Si como no, pero háblame más sobre nuestros padres.
— Bueno hay mucho que decirte pero creo que lo correcto será empezar por cómo se llamaban––Por un momento se quedo callado, pero continuo –Papa se llamaba Ángel igual que yo y mama Sofía. Nos querían mucho, éramos su vida ellos Vivian para nosotros –Se quedo mirando a nada como recordando –Antes nosotros dos éramos inseparable hasta en la escuela, por lo regular nada mas éramos nosotros dos no dejábamos que nadie se metiera entre nosotros. Creo mañana te hablare mas de ellos.
— Tenemos toda la noche...
— Mañana...
— Ahorita -Rogué.
No me quiso decir nada más; me mostraron casi toda la casa, me sorprendió que tuvieran tanto color beige en todas paredes. Me preguntaba si no les aburría, pero tenía la casa algunos toques de color que la hacían como una casa de muñecas. Pasando cinco habitaciones, me sentía muy cansada. Lo noto Ángel porque la siguiente habitación vimos fue la mía.
— Por último tu habitación –Me tapo los ojos antes de entrar y solo me dejaron ver hasta que estuve a dentro.
Tenía la idea clara de que sería de color beige. Que equivocada estaba, una habitación rosa como siempre quise me espera. Una cama con paneles que colgaban en color crema con rosa, me incitaba a caer sobre ella y pero por educación no lo hice. Mire para los lados y dos puertas de cada había, me imaginaba que una era para el baño y la otra para que seria.
— Por acá esta baño –señalo la puerta de la derecha Ángel –Por acá tu armario, ahí tienes toda la ropa que necesitas.
En eso entro Robert a la habitación con mis pocas maletas, el dejo por un lado de un escrito de madera, parecía grande y viejo el escritorio, que estaba en una esquina detrás de un ventanal.
— ¿Te gusta tu habitación? –Pregunte sentando en la cama
— Esta preciosa
— Bueno te dejo para que descanses –Se levanto de donde se había sentado.
— Pero mañana como me voy a la escuela –Tenia muchas dudas.
— Te irás con Ángel, él le gusta llegar temprano –Me dijo y me dejo sola con Ángel.
Cerró la puerta y me quede en esa habitación tan extraña para mí. Siempre quise una así, pero ahora que la tengo no me importa. Antes no había podido observar detenidamente toda la habitación, no había fijado que unos buros con lámparas adornaban. Había un tocador de color... que sorpresa beige; era enorme pero me fascinaba. Enzima del había uno que otro perfume, no reconocí nada de que estaba encima del.
— Buenas Noches Ángel -Le abrí la puerta para que saliera.
— No me quiero ir aun apenas son las diez y media –Se acostó en mi cama.
— Pero yo si quiero que te vallas
— Bueno como quieras hermana
Antes de salir se acerco y me beso en frente, si éramos mellizos porque él estaba más alto que yo. Salió de mi habitación y abrí mi pequeña maleta donde llevaba mi piyama y una poca ropa, mi piyama constituía de un camisón que se ajustaba en la cadera, se ve pasado de moda pero en fin quien me lo va ver.
Me lo puse y me mire al espejo del tocador, lo tenía desde hace tiempo; pero antes me quedaba arriba de la rodilla ahora me quedaba algo más corto. Estaba muy cómodo para deshacerme de él.
Me sentía cansadísima así por fin me pude aventar a la cama, estaba tan cómoda la cama al meterme dentro de ella, que después todo lo sucedido cerré los ojos y aun así se derramaban lagrimas por mi ojos, que me dejaron mas cansada de por sí. Cayendo dormida en rato
Joel POV
— Buenas Noches Padre –Dije cortes.
— ¿Qué tal tu día? –Pregunto.
— Normal –Le dije secamente.
— Hijo porque te comportas así – se acerco
— Tu bien sabes, yo no quiero estar aquí –Me aleje directo a mi habitación.
Cuando entre mire por mi ventana hoy era un día despejado lleno de estrellas, me pregunta si Carla ya estaría durmiendo en estos momentos. La había tratado de peor, cada vez que quiero arreglar las cosas se ponen peor... todo está mal. La hija de papi ya está por llegar, será una presumida igual que su hermano.
Hoy dormiré pensando en Carla, la extraño. Mañana me disculpare, por ser el idiota que fui y que soy. No la quiero perder. No de esa forma
Carla POV
— Vas a estar mejor –Dijo acostando un lado de mi.
— Tengo frio –Toco mi frente.
— Todavía tienes fiebre, pronto se te bajara –Tomo mi mano –No te preocupes no me iré.
Desperté cuando un rayo de luz se atravesó por en medio de mi las cortinas, me voltee y volví a dormir. Mi puerta se abrió de golpe y me asusto.
— ¿Qué pasa aún es temprano? –Pregunte acomodándome dentro de las cobijas.
— Se nos va hacer tarde si no te paras –Jalo las cobijas.
— Yo quiero dormir 5 minutos mas –Me quito las cobijas, me acurruque sin ellas.
Me aventó una almohada y salió de mi cuarto, me pare hecha una fiera y lo seguí por detrás de mi puerta. Cruzo para la izquierda y lo seguí hasta que se paró de repente y aproveche para aventarme. Agarre velocidad y me lo colgué por detrás del.
— Te atrape hermanito –Me cargo.
— Qué bueno Stella la estrella –Me dijo, reconocí la frase de mis sueños.
— No soy Stella la estrella soy Laila –Se sorprendió que supiera responderle.
— Te acordaste –Me abrazo.
— Desde hace días
— Entonces porque no me creías –Me pregunto confuso.
— Porque me gusta hacerte sufrir.
— Que mala –Me levanto en el aire.
— Bájame.
Me bajo en el suele, iba reclamarle cuando vi a la distancia al que menos me esperaba ver este lugar, a Joel en piyama en mi casa. Su reacción fue de sorpresa porque tiro el plato de cereal que llevaba.

10 de marzo de 2010

Capitulo 11.- Despedida

Un capitulo triste pero espero que les guste, de aquí en adelante la vida de Carla dará muchos giros, Felicidad, triste, celos, engaños, miedos y también la mas importante amor.

Capitulo 11
Despedida

Y mis padres por fin se dan cuenta de que he sido secuestrado y se ponen en acción rápidamente: alquilan mi habitación.
Woody Allen

En la hora siguiente me pase voltee y voltee a ver la ventana -¿porque habían salido tan temprano los de B?- me preguntaba a mi misma. Cuando la hora se acabara la cosa se pondrían de lo más lindo; la campana sonó y yo con los nervios de punta.
— Pareces tensa –Me miro Sara rara.
— Yo la veo normal –dijo Carol chupando una paleta. En otro mundo como siempre estaba Carol.
— Algo, hace rato tuve un debate –les dije acomodándome la mochila –Espero que no se aburrieran.
— No la verdad no –Dijo con una sonrisita, ya mi imagino sus motivos ocultos de Sara.
— La verdad si con esta Sara nada mas vien... ayyy –Solté una risita al ver que Sara piso a Carol, si Carol hubiera seguido me imagino que hubiera dicho viendo a Ángel como se iba aburrir -Porque me pisas –Se quejo.
— Me equivoque...
— Si como no –Dijo con sarcasmo.
— Vamos, estoy harta de escuela por hoy.
Y así fue a medio camino como siempre nos separamos todos agradecí que Ángel no digiera nada, me puse los audífonos dejando por un lado este día que por ahora estaba siendo malo. Bueno no puede empeorar o si.
Cuando llegue a casa no había nadie en la casa, esto de que no hubiera nadie se estaba haciendo muy común. No soy inútil, una de mis pasiones era el arte de cocinar, muy pocas veces cocina gracias que mi mama no me dejaba acercarme a SU cocina. En muy territorial con eso.
Quería preparar algo sencillo, arroz y tacos de pollo nada del otro mundo. Cuando cocino me gusta escuchar música, me relaja. Agarre un Cd cualquiera y lo puse en el estéreo.
Empezó a sonar –te aviso, te anuncio de Shakira –y con ella empecé a cantar; prepare en un rato toda la comida, pero lo que mas odiaba hacer era cortar la desgraciada cebolla. En el estéreo empezó a sonar...
Debes buscarte un nuevo amor
q no guarde sus problemas
q no sea como yo
A la hora de la cena
q cuando muera de celos
El jamás te diga nada
q no tenga como yo
Tantas heridas en el alma

Creo que la cebolla ya me estaba haciendo daño, porque estaba saliendo un torrente de lagrimas de mis ojos, me las limpie pero nuevas salieron era la cebolla o era otra cosa lo que me atormentaba. Termine de picarla y mejor le cambie de canción y fue cuando empezó a sonar –Hot´N Cold de Katy Perry –Agarre una cucharon y lo tome como un micrófono. La parte que mas me encantaba era coro.
Cause you're hot then you're cold
You're yes then you're no
You're in and you're out
You're up and you're down
You're wrong when it's right
It's black and it's white
We fight, we break up
We kiss, we make up
You, You don't really want to stay, no
You, but you don't really want to go-o
You're hot then you're cold
You're yes then you're no
You're in and you're out
You're up and you're down

Cuando voltee para la ventana y un grito de enorme solté, ahí estaba la maldición en persona. Ángel. Estaba que se hacía de risa de solo verme. Deje el cucharon en el lavabo y cerré la ventana en sus narices. Este como se había metido al jardín y todavía me espía. Unos momentos después sonó la puerta del frente. Creo saber quien toca la puerta. La abrí de un jalón.
— ¿Qué quieres? –le pregunte indignara.
— No te conocía esos talentos hermanita –Cerré la puerta o más bien intente cerrarla porque este metió el pie en mi camino –Que recibimiento es este.
— Bueno este el recibimiento a los invitados no deseados –Abrí de nuevo la puerta.
— ¿Me dejas pasar? –Pregunto cauteloso.
Paso y entro como si estuviera en su propia casa, hasta se sentó en la mesa. Yo solo me le quede viendo.
— Bueno que trae por aquí –le dije intentando ser cortes.
— Bueno vine por mi hermanita
— Que no soy tu hermana –le solté a media cara.
— Ay Dios que si lo eres –tome medidas drásticas le lance un vaso con agua –Oh...
— Es que te vi algo sucio –Murmuro algo, pero lo hizo tan silencioso que ni lo entendí -¿Qué dijiste?
— Nada Laila
— Carla
— Bueno ya enserio vengo por ti –Me senté justo enfrente de Ángel
— Pero yo no me quiero ir contigo Ángel.
— Pero tienes una idea de cuánto tiempo te he buscado
— No y seguirás buscando una hermana, yo no soy tu hermana.
— Claro que lo eres, era mi pequeña hermana Laila Stella – Me fui para la cocina donde Ángel me siguió –Por favor créeme... eres mi hermana... no quiero volver a penderte hermana –Me abrazo por detrás.
No supe que mi padres había entrado solo cuando escuche un grite detrás de mí. Ver a mis padres a mi cara era una máscara de enojo los dos. Me cohibida un momento por su miradas.
— ¿Qué es esto Carla?
— Este... este... el es Ángel –Fue lo primero que se me ocurrió –Y ya se va...
— Per... –Le tape la boca a Ángel y lo guie hasta la salida.
— Bueno creo que te veo después –E iba cerrar la puerta, pero puso el pie.
— Esta vez no me haces lo mismo que la otra vez
— Por favor –No quitaba el pie y ya me estaba desesperando –Por favor.... Her.... ma...ni...to –Tartamudee.
— Está bien pero regresare y esta vez para llevarte.
— U si como no, ya quiero ver como sacas de casa –Pensé.
— Bueno –Quito el pie y se largo.
Bueno ahora a lidiar con mis padres. Cuando regrese a la cocina ya no estaban, se había ido y sin regañarme. Bueno eso era algo relativamente bueno y perturbador a la vez. Pero por ahora no me preocupare por eso. Termine recoger la cocina sin más mirones a la vista y subí a hacer mi tarea.
Así pasaron las horas hasta que dieron las 9 de noche y sonó el timbre. Corrí abrir me encontré con señor alto y con unos ojos del mismo color que los míos, creí ver mis propios ojos en el. Tenía el cabello rizado y corto; me sonrió como si me reconociera.
— Esta James –Pregunto por mi papa.
— ¿Quién lo busca? –le pregunte
— Robert Cross –Se me hacia parecido el apellido
— Espere deja veo
Corrí a la habitación de mi padres, les avise de quien estaba en la puerta y bajaron enseguida los dos. Yo me quede observando desde las escaleras. Lo dejaron entrar y se fueron a la sala, me tuve que bajar para oír que decían.
— Ella se tiene que ir con nosotros –Dijo Robert
— No se la llevaran ella es nuestra –se defendió mi papa.
— Pero no es de esta familia, ustedes saben bien desde hace una semana que ella tiene familia.
— Pero ellos la dejaron abandonada –entre llanto mi mama respondió –Si no la hubiéramos encontrado tirada.
Creo que ya empezaba a captar la idea sobre quien hablaban; de mí. Yo ya tenía una familia no le pertenecía a nadie más.
— Ella tiene un hermano lo van alejar de el –No dijeron nada –Sabes desde cuando su hermano la ha buscado. Ustedes no saben ella, se perdió desde hace años, la buscamos pero no creímos que una familia la hubiera adoptado por eso se perdió tantos años desperdiciados. Ustedes no son su familia.
— Ellos son mi familia –Intervine –Ellos me cuidaron desde que tengo memoria, si hubieran querido encontrarme lo hubieran hecho estaban en la misma ciudad que nosotros.
— En realidad no –siseo –Cuando paso todo tú estabas de vacaciones en la capital todo paso haya por eso te perdimos la pista.
— Ellos me encontraron aquí así que no soy la quien dicen ser.
— En realidad está diciendo la verdad –Dijo mama llorando.
— Estela –Le regaño papa.
— Tiene derecho, si te encontramos en la capital pero siempre decimos que te encontramos aquí.
— Porque me mintieron –Me sentía traicionada.
— Bueno ese no el punto ahorita en cuestión –Que cambio de tema más drástico –Te tienes que venir conmigo y tu hermano –Mi hermano –Va en la misma escuela que tu.
Estaba hecha una furia, sonó la puerta y mama se fue abrir la puerta y por el umbral apareció el rey de roma. Ángel se sentó con toda calma a lado de Robert.
— Te dije que te quedaras en el auto –Le regaño Robert
— Me estaba aburriendo –Se voltio a mi sonrió –Te lo dije, regrese por ti.
— Ya has hablado antes con ella –Le pregunto Robert
— Que si no... ya me había dicho la misma tontería varias veces –respondí por él.
— Bueno si quiera te ha dado más tiempo para asimilarlo –Parecía complacido
— Yo no creo nada y no me iré de aquí.
— Carla te tienes que ir con ellos –Lo mire pasmada.
— Laila Stella –Le corrigió Ángel.
— No me iré –Me acerque a mi padres.
— Tienes que ir, vamos ve a recoger tus cosas –No sabía que decir.
— Ayúdale Ángel –Le ordeno Robert.
Me subí como un robar a mi habitación o la que había sido mi habitación. Saque una mochila debajo de la cama y empecé recoger mi ropa.
— No te lleves la ropa, ya te compraremos mas
Le hice caso y deje casi toda la ropa, me lleve una piyama y una que otra de mis blusas favoritas. Le avente mi mochila a Ángel y empecé a recoger mis cosas de la escuela, mis libretas, mi lapicera, mis cosas.
— Me quiero despedir –me miraron y luego les dije –Pero a solas.
— ¿Y su ropa? –Comento mama.
— Por eso no se preocupes ya le hemos comprado algo –No sé si debía sentirme agradecida o enojada por tomarse algo que no debían - entonces te esperamos a fuera.
Nos quedamos parados, en silencio, no sabía que decir y ellos tampoco, como le podía decir, lo tanto que los quería, lo tanto que deseara quedarme con ellos, no en quería ir, quería regresar el tiempo, estar en los viejos tiempos, donde no había, ni hermanos molestos, solo me salieron estas palabras de boca.
— Los voy a extrañar, los quiero de verdad –los mire suplicantes –No me quiero ir, era feliz aquí, quiero seguir viviendo con ustedes no quiero irme.
Pero lo que no me di cuenta eran que lagrimas por mis ojos corrían.
— Pequeña no te puedes quedar, debes irte, nosotros hicimos un trato, por favor no hagas mas difícil, podrás visitarnos cuando quieras –Dijo mama, la ábrase y papa se nos unió.
Y así fue como abandone la casa que durante varios años había sido mi hogar aventurándome a una nueva vida.

4 de marzo de 2010

Capitulo 10.-Debate

Nuevo capitulo, ya lo tenia escrito desde hace un Full de tiempo pero no me había dado tiempo de subirlo para ustedes.
Un comentario pliss

Capitulo 10
Debate


Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.
Confucio

¿Qué? Creo que hoy no me lave bien las orejas, porque creo a ver escuchado que Ángel es mi hermano. Mi hermano.... creo que no dormí bien y estoy alucinando al rato que, veré elefantes rosas voladores.
— Tu mi hermano....
— Si
— Nooo esto no me lo creo.....
— Porque no me crees....
— Es imposible –Me levante arrastrando la manta y intentando ver si esto no era una cámara escondida o algo así –Que va seguir luego.... no tendré una gemela por ahí....
— No, pero tienes una prima que se parece mucho a ti –Tengo primas... o mejor que eso tengo otra familia o más bien dicho una verdadera familia.
Me seguí de largo hasta la cocina, donde como perro golden retriever me siguió mi disque hermano. Saque leche de cocina y me la serví en un vaso.
— Tu nunca cambias
— ¿Eh? –dije con la boca llena.
— Pues siempre que discutías con alguien siempre ibas por un vaso de leche.
— No tienes pruebas que sea tu hermana.
— Te diría una prueba de sangre, huyes de las agujas –tome un sorbo de leche para que no se notara mi sorpresa, como sabia eso. Me acuerdo que hace unos años me hicieron unos estudios... que no fueron terminados, porque me negué o más bien me escape de consultorio –O me lo negaras.
Iba replicar cuando mi mama grito desde la entrada.
— Estas aquí Carla
— Si mama en la cocina –conteste quitándome la cobija.
Cuando entro y solo de ver a Ángel tiro todo al suelo. Avente por un lado la manta y fui a recoger las cosas. Sin embargo se acerco dejando tiradas las cosas.
— ¿Quién es él? – Estaba pálida.
— El Ángel –presente y lo corrí a la vea –Pero ya se iba.
— Eh –dejo medio desorientado a Ángel
Me acerque a Ángel y lo empuje hasta la entrada, nunca pensé encontrarme en esta situación.
— Lo siento–Dije mientras cerraba la puerta.
Cuando por fin estuve en mi cama, después de un tarde tediosa y agotadora. Normalmente mi mama no me preguntaba casi nada todo en general, pero que me interrogara sobre Ángel me dejaba casi sin palabras.
Le conté casi todo sobre él, excepto de que se creía mi hermano y saben que me dijo.... que me alejara de el. Bueno creo que en eso a la mejor le haría caso, si sigue con sus locuras de que soy su hermana. Aunque mis sospechas aumentaba, el sabia demasiadas cosas sobre mí. Que me dejaban pensando ¿como supo?. Pero investigando un poco, mucho diría yo y con empeño se podría saber.
Hay otra opción en este asunto y si decidía creer en que él era mi hermano; mi vida podría dar una vuelta de 360° en un abrir de ojos. Pero en cambio fuera todo esto una mentira, cruel pero mentira ¿Qué se ganaba él?
Ya no quiero pensar más en esto, bueno solo por ahora no podría posponer las cosas; aunque a mí se me da muy bien lo de posponer las cosas. Tenía una interminable de cosas que dejaba a medias como pintura, baile tradicional, bastoneras, listoneras, King boxing cerámica, Karate... creo que esa fue en la que dure menos, con el primer día basto para asustarme y nunca volverme a presentar. Ya me dolía la cabeza de recordarlo y también el estomago.
Si esta noche me la pasaba sin sueños realmente sería un milagro, pero la verdad es que no tenía tanta fe.
Mis sueños esa noche fueron como recuerdo presente de esta tarde, mi mente me estaba jugando una mala pasado de nuevo, me traiciona. ¿Podria ser Ángel mi hermano?
Me levante recuperando mi viejo habito de llegar tarde, un poco mas y no me dejan entrar. Ya en mi asiento me estaba apenas acomodando el chaleco del uniforme con las prisas ni había traído suéter, creo que con este frio no pasare de este día.
— Carla, tierra llamando –Voltee y me llamaba Sandra.
— ¿Qué pasa? –Pregunte.
— Te estuve llamando pero no me contestabas –no era novedad que pareciera ida.
— Lo siento es que estaba distraída –intente sonreír -¿Qué me decías?
— ¿Qué si querías forma pareja conmigo?
Realmente no estaba prestando atención, ya había pasado las dos primeras horas del día. Sin saber me había tocado con Sandra, pero que había pasado con Martha ella por lo regular trabajan juntas; voltee a ver a Martha y fue seducida al camino del mal por Joel. En las últimas semanas el siempre había sido mi compañero desde el día que fue mi compañero de laboratorio. Desde ese momento no me había separado del.
— Claro Sandra.
Con la maestra de literatura teníamos dos horas, esta primera hora según la íbamos a ocupar para prepararnos para el debate, que coincidencia el noviazgo. Y si las coincidencias continúan... teníamos que debatir contra Martha y Joel. Sera un lindo debate.
Cuando Salí al receso, me asome y gracias a Dios no estaba Ángel a fuera. Estaba a punto de llegar cuando vi que se les había pegado a Carol y Sara, creo que hoy no es buena idea comer con ellas. Me aleje en camino contrario. Este receso fue horrible, me la pase evitándolos, tanta era mi urgencia de no ver Ángel. Pero mi deseo no se cumplió justo antes de dar el toque me encontraron entrando al salón.
— Carla –Grito Sara
— Por fin te encontramos –dice Carol.
— Enserio, pero si estuve todo el receso aquí –mentí.
— Pero venimos hace poquito y nos dijeron que habías salido -Dijo Ángel.
— Es que fui por algo a la tienda
— Bueno yo creo que ya hablaremos después -Hay reconocía el sentido de sus palabras –Pero la próxima vez no huyas –Se rieron Carol y Sara. Sin saber el sentido que tenía para mí.
Entre sin decir nada más, me senté en mi lugar cuando la maestra anuncio que nos tocaba presentarnos.
— Bueno pasen los equipos 1 y 2 –Ese era mi llamada.
Habían formado un semi círculo donde la maestra era la moderadora, me puse justo enfrente de Joel. Nosotros se supone que estábamos a favor. Sandra empezó hablar, yo de repente hablaba pero como no me interesaba mucho el tema y eso cambio cuando la maestra tuvo que salir y nos dije como moderador a su consentida del grupo. Adivinaran quien era. Mónica.
— Bueno saben que durante el noviazgo puede haber infidelidad - Ese era un indirecta – ¿Qué opinan, encontrar?
— Bueno se puede decir que es parte del noviazgo la infidelidad, pero por eso para que tener novia si nos van engañar- Recalco las palabras Joel- puede que hasta en el primer día del noviazgo.
— Pero quien sabe a la mejor los hombres son unos inmaduros que no saben escuchar –replique.
— Pero para que escuchar si a la mejor nada nos hechan una sarta de mentiras.
— Ustedes a la mejor piensen que es una sarta de mentiras, pero es que se niegan a escuchar.
— Pero que podrías decir que nada mas es más que un amigo –continuo – a poco los amigos salen a cenar y andan muy agachaditos.
— Es que a la mejor no ven bien, les recomendaría anteojos –me sonrió.... me sonrió Joel.
— Lo dirás porque tú los necesitas
— No la verdad no, pero tú a la mejor necesitas lavarte las orejas.
— No lo creo y si fuera así mejor así no escucho tonterías.
Toda la clase guardo silencio, eso basto para que Mónica cambiara de tema. La confianza... me las pagara Joel.
— En una relación debe a ver confianza que opinan –Casi me señalo –A favor.
— Pues que es lo esencial en una relación, si no tienen confianza de que sirve.
— Muy cierto, pero se las tienen que ganar –dijo Joel como si estuviera hablando del clima.
— Claro, porque si llega a ver desconfianza es porque no quieren a la otra persona.
— Como que no querer a la otra persona, a la mejor la ama con lo locura pero la otra parte ni aprecio le tenga.
— Pero quien sabe a la mejor la autoestima la tiene tan pequeña... –junte los dedos, como midiendo –Pero a la mejor no sea la única cosa...
Los que captaron el doble sentido a mis palabras no tardaron en reír, toma eso Joel.
— Ultima pregunta antes de terminar –Anuncio Mónica - ¿Si sus parejas les fuera infiel se la perdonarían?
— No –dijo tajante Joel –Si lo hicieron una vez, lo podrán hacer otra vez
— No lo perdonaría, pero antes que nada averiguare... digo... averiguaria y escucharía... digo escuchare a la otra parte –Finalice.
Y así termino el debate o diría la conversación con Joel. Qué buena forma de hablar con el, ya me imagino la siguiente vez. Me dirigí de nuevo a mi asiento, me asome por la ventana y ahí estaba la pesadilla. Ángel, le encanta empeorar las cosas, se comporta justo como un hermano molesto.