La capacidad de reír juntos es amor
Francoise Sagan
Carla POV
Desde que recuerdo he tenido el sueño muy ligero que hasta el mínimo ruido me despertaba; después de que alguien me cargo en sus brazos me sentía extraña, pero pude reconocer su esencia al estar a tener tan cerca, tenerlo así me ponía tan feliz y nerviosa a la vez. No quise abrir los ojos, pero si no los abría podía pensar que nada mas esto fue un sueño cruel. Abrí los ojos y me encontré con sus ojos marrones viéndome.
— Joel -Susurre
— Carla no sé como pedirte perdón –Su voz sonó llena de dolor–Fui un idiota, un celoso y de tu hermano –decía las palabras tan rápido que se atropellaban unas con otras.
— Tranquilo, con calma
— Lo sabía ya no me quieres verdad –Se paró de inmediato y yo sin poder alcanzarlo –A lo mejor me di cuenta tarde de lo que fui –Creo que estaba sacando conclusiones muy rápido –Perdóname mi Ángel.
— Joel –mejor era interrumpirlo antes de que siguiera.
— Lo sabia es tarde... te dejare sola
Se estaba dirigiendo a la puerta cuando me levante apresurada de la cama, no me había acordado de que tenía el pie lastimado. El primer paso que di me dolió tanto que perdí el equilibrio y me caí derechito al suelo.
— No que ya te ibas –Levante la cabeza e intente parecer indiferente.
Joel se regreso hasta donde estaba y me volvió a cargar hasta la cama. Y sin pedir permiso me saco el zapato y la calceta. Mi pie se estaba hinchando si bien sacar el zapato fue todo un reto sacar la calceta fue una tarea dolorosa para Joel no... Nada más para mí.
— ¿Qué te paso Carla? –Pregunto, sin cuidado toco mi tobillo y solté un quejido –Lo siento... te dolió
— Si Joel creo que se noto –Soné algo sarcástica, pero no me pude resistir.
— Lo siento –Se disculpo de nuevo.
— No que ya te ibas –Jugué con él.
— Si quieres me voy –Dijo desilusionado.
— No –Le dije de inmediato, tanto tarde en que estuviera cerca de mí para que se fuera lejos tan pronto.
— Bueno entonces que te paso –Volvió a preguntar.
Le conté todo lo que había pasado desde de todas las mentiras que tuve que decir desde conocí a Ángel, como engañe a mis amigas y como le rompí el corazón a Sara hace rato. Me sentía tan aliviada que por fin alguien supiera que tan estresada estaba con este asunto, todo era tan nuevo para mí y no sabía que si lo que hacía era lo correcto o si solamente me equivocaba a cada paso que daba. Durante todo el rato Joel no se me había acercado se había mantenido algo distante de mi.
— Mi Ángel cómo pudiste aguantar tanto –Dijo acercándose.
— No lo sé, pero ya no quiero más secretos en mi vida –enterré mi cara dentro de su pecho, mientras él me abrazaba.
— Sé que Sara te perdonara si le cuentas todo –Ya quisiera.
— Es que Ángel no me deja decir nada.
— Después de todo lo que ha pasado creo que aun no quiera deberías decirles y las cosas mejoran
— Creo que te hare caso, ya he pasado suficiente en estos días y no quiero seguir por el camino que voy.
Me gustaba estar en brazos de Joel, me hacía sentirme tan cálida y el mundo desaparecía a mí alrededor mientras me concentraba solo el Joel.
— No sabes cómo te extrañe Carla –beso mi frente –Debiste pasártela negra cuando me comporte un tonto
— Algo –Me aferre a sus brazos.
— Pero ya no te dejare sola nunca más mi Ángel.
— Me lo prometes
— Si mi Ángel y sabes... creo que no debería decirte mi Ángel... tu hermano se llama igual –Hizo un gesto de desagrado que me dio risa –De que te ríes mi An... amor... –Se corrigió a si mismo lo que me dio más risa –Que bueno que te diviertas conmigo mi An... amor... –Se iba equivocar de nuevo.
— Seguro que no prefieres mi Ángel... –No le había causado gracia
— Si Ángel me oyera diciéndote “Mi Ángel” diría que lo quiero mucho, yo creo que mas que ti.
Estaba muerta de la risa, Joel sí que sabia animarme. Mientras yo seguía riéndome el me cobijo y fue al escritorio y me trajo una bandeja con sopa y una milanesa.
— Bueno creo que es hora de que comas un poco –Agarro la cuchara e intento darme.
— Yo puedo solita –Le dije quitándole la cuchara.
— Bueno
Con cuidado tome del plato un poco de sopa con la cuchara pero al meterme la cuchara en la boca me queme la lengua, me sobre salte y como era de esperar tire toda la sopa pero a mí no me caído casi nada no encima de mí, sino de Joel. Que aunque la sopa estuviera algo caliente no dijo ni pio.
— ¿Joel estas bien? –Aventando la bandeja por un lado.
— Creo –dijo ocultándome el dolor.
— A ver ven –Se acerco y le abrí la camisa para ver que le había pasado.
No me esperaba que pasara esto en realidad, pensé que esto nada mas pasaba en las novelas que te atrapan en una situación algo difícil de explicar o que se ve como otra cosa. Con la manta desparramada por la cama y yo abriéndole la camisa a Joel, ni yo hubiera pensado algo bueno, aunque creo que no pensé cuando quise revisar a Joel.
— Laila Stella Vidaldi –Grito mi hermano desde la puerta. ¿Ese era mi nombre completo? –Suelta a ese que hace llamar Hombre –Se apresuro a entrar y aventar por un lado a Joel –Te debería dar vergüenza Joel después de todo lo que ha pasado entre ustedes y todavía te aprovechas de mi pequeña hermana –Yo pensé que me iba decir algo mi.
— Pero Ángel... –Me interrumpió a media frase.
— Pero nada, ya hablare contigo después
— Ángel calmado no es lo que piensas
— Creo que vi por mi propios ojos
— Ya cálmate Ángel no estaba pasando nada –Por fin hablo Joel.
— Tu cállate, te vuelves a acercar a mi hermana y nunca nadie te volverá a ver –lo amenazo.
— Ángel –Me Ignoro.
— Tu no me callas niño mimado, yo veré a Carla cuando quiero –Le reto, esto no iba por buen camino.
— Eso ya lo veremos –Agarro de la camisa a Joel con intensiones de pegarle cuando le agarre del brazo.
— ¡Ángel, no! –Me intente levantar, pero no pude solo me lastime mas el tobillo.
— Quédate quieta –Dijeron al mismo tiempo.
— Hablemos a fuera –dijo Ángel –Como la persona civilizada que soy
— Si nota que tan civilizado estas –Dijo Joel buscando pleito.
Se salieron y me dejaron ahí dentro sola, pensé en la posibilidad de pararme pero creo que era más seguro quedarme quieta en la cama. Hasta ahora me había fijado que mi cama estaba toda llena de comida, tendría que cambiar las cobijas.
Ángel POV
No quería que escuchara esto Carla, no permitiría que ese hijo... de sabe que lastimara de nuevo a mi pequeña hermanita. Lo lleve lejos de su habitación para hablar.
— Aléjate de ella Joel –Hable claro y cortante.
— No lo hare yo la quiero y no me alejare de ella por tu simple capricho –Me estaba retando.
— Claro que lo harás –Me recargue contra la pared.
— Que vas a hacerme si no me alejo.
— Sé que tu madre está aquí –Eso lo dejo algo pálido –Se lo diré a tu padre y no creo que entre tú y tu madre tramen algo bueno.
— Dile
Se fue dejándome hablando, estaba quería ahorcarlo a ese estúpido. Me metí a habitación es busca de un pequeño obsequio para Carla, baje a decirle a Rosita si la ayudaba a cambiar las sabanas y le dije que si de favor le entregaba esto a Carla. Si entraba en estos momentos me atosigaría con preguntas que aun yo no podía responder.
Carla POV
A entrar no aparecieron ninguno de los dos, en lugar de eso vino Rosita con unas nuevas cobijas para mí. Me ayudo a levantarme y cambio las sabanas, al terminar me trajo mas comida, pero antes también me dejo un paquete que me había mandado mi hermano.
En cuanto se fue empecé a comer otra vez mi sopa con más cuidado y el milanesa. Me entraba la curiosidad de que tenía esa dichosa caja, así que me apure a terminar de comer. Al abrirla me encontré con una hermosa Mini-Laptop Kohjinsha E8.
Me emocione al prender y al ver que ya estaba directamente conectada al Internet, no dude al conectarme al Messenger pero mi emoción desapareció cuando vi que Sara y Carol estaban conectadas y en cuento me vieron aparecer se desconectaron.
Paolo sin embargo estaba conectado y no tardo en molestar después de que no le hable.
Chess: Holaaaa
Chess: Que ya no hablas
Chess: Te digo mi nombre y ya me ignoras.
Carla: ola....
Carla: No te ignoro... solo que...
Chess: qué???
Carla: Nada
Puso un monito suplicando.
Chess: Ya no confías en mí
Carla: Cuando he confiado en ti
Chess: Eso si fue un golpe bajo
Pasaron varios minutos y no me hablo, creo que había herido su orgullo.
Carla: Ahora eres tu el que no me habla
Carla: No me dejes hablando
Carla: Es de mala educación
Carla: Anda Habla
Puso un monito enojado.
Carla: Mejor no me hables...
Chess: Bueno te perdono
Carla: Cuando pedí tu perdón??
Y todo empezó de nuevo y no para hasta que le prometí una cosa.
Chess: Prométeme que algún día nos conoceremos
Carla: Tal vez un día.
Chess: Anda
Carla: Te lo prometo.
Me desconecte y me puse por fin a hacer la tarea, aunque no era mucha la que habían dejado después de todo pero si quiera un motivo para no seguir hablando con Chess, me empezaba dar un poco de miedo. Esa noche sin embargo una pesadilla algo extraña me acoso durante rato.
Estaba corriendo por una carretera con alguien jalándome mi pequeña mano en ese entonces, cuando nos detuvimos.
— Laila necesito que corras –me dijo mi mama.
— ¿Porque mama? –Pregunte ingenua del peligro.
— Solo corre, yo me quedare aquí –No me agrada la idea.
Pero fue tarde para que corriera, porque no habían alcanzado. Me aventó a un rincón del pasto oculto.
— Cierra los ojos pequeña –Dijo con los ojos empañados en lágrimas.
— Mama -Desperté gritando